Las ciudades donde el ciclismo es popular y está integrado con la red de transporte ofrecen:
Es posible lograr ahorros significativos en los sistemas de transporte, dependiendo del diseño de los centros urbanos, donde el transporte centrado en bicicletas es común. En el mismo espacio utilizado por 7 coches, un portabicicletas puede albergar cómodamente 80 bicicletas con espacio para futuras ampliaciones.
El ciclismo no consume combustibles fósiles y, por tanto, no contribuye ni a la contaminación del aire ni al cambio climático. El uso de bicicletas en lugar de automóviles privados en viajes urbanos de corta distancia también reduce las emisiones.