La instalación y el mantenimiento de infraestructura verde pueden implicar alto coste, que las comunidades tal vez no puedan o no quieran pagar. Además, si bien la mejora y expansión de los bosques interiores puede beneficiar a algunos residentes al aumentar los precios inmobiliarios, “gentrificación verde”puede involuntariamente superar el precio de los residentes y empresas de bajos ingresos. (Hart, Du, Cocoli, 2020)
Dependiendo del contexto, las ciudades pueden abordar estos problemas mediante intervenciones como:
- Involucrar a residentes de bajos ingresos en el diseño de los proyectos para satisfacer sus necesidades y preferencias.
- Identificar y responder a las necesidades de comunidades desatendidas, por ejemplo, creando oportunidades de empleo y viviendas asequibles para residentes de bajos ingresos. Esto puede generar beneficios socioeconómicos adicionales, como en el caso de Municipio de eThekwini proyecto de restauración en Buffelsdraai en Sudáfrica, donde las comunidades locales empobrecidas se beneficiaron de mejoras en la educación, el transporte y el suministro de alimentos en los primeros dos años del proyecto.
- Calcular costos y beneficios para todos los grupos involucrados, especialmente las poblaciones de bajos ingresos.
- Llevar a cabo negociaciones para compensar a los que soportan los costos o subsidiar su carga económica.
Hoja de ruta del C40 para una planificación inclusiva arroja luz sobre otros desafíos clave de asequibilidad y equidad para la infraestructura verde urbana.